jueves, 23 de agosto de 2012

City of Night




¡Qué bella es la noche! ¿No les parece?


Platicando con Ale, comentábamos que tal vez la noche es inspiradora de pensamientos que, eventualmente, podrían materializarse. Y pudiera ser porque en el día nuestros ojos alcanzan a mirar el horizonte, pero en la noche tenemos que utilizar los ojos con los que sentimos para ello.


Y es que un fenómeno astronómico, como lo es la rotación, tan frío, tan exacto, tan cotidiano, puede llenarse de significado. Inspira al poeta, al músico, al ser humano. Es de esa inspiración nocturna que tiene el músico que nace el tono, el acorde, la lírica, la melodía: la canción; y de esa canción, a su vez, nace la inspiración nocturna del que escribe.


Es en ella cuando uno, después de un día de experiencias compartidas, llega a su casa, elige una canción, enciende un cigarro y recuerda los hechos vividos tanto hoy como hace años. 


Mientras el humo sale de la boca, los recuerdos emanan a su ritmo. Muchas sonrisas guardadas en el rostro inexpresivo se figuran en el rostro ya barbudo al volver a vivir momentos tan lejanos como el día en que uno soñaba con tener barba. Un ceño fruncido fugaz al recordar ese amor que hace años dejó de serlo, alguna decepción o al contemplar la situación actual del mundo...


Pero desaparece. La noche no da pie a fruncir el ceño, la noche es para crear. Dirigir la mirada al cielo, con tantos tonos fríos terminando en negros y azules oscuros y llenar ese gran manto de nuestros pensamientos, proyectarlos para que vean la luz al salir el sol. Pareciera que evitamos mirar. Pareciera que no queremos regalarle una mirada al cielo nocturno y contemplar la grandeza que representa vivir.


El cigarro se está terminando. La ciudad, aunque jamás se detiene, respira profundo. El tráfico disminuye su intensidad, el calor amaina y da paso a un viento fresco que relaja. Los bares y los antros van quedando vacíos, las camas de los moteles abrazan el calor de uno que otro par de amantes ocasionales (o no). Hombres y mujeres, estudiantes y trabajadores disfrutan del sueño que un escasas horas terminará. Alguna pareja de novios discutiendo, otra empezando la mutua compañía. Una vida terminando, otra persona naciendo...

¡La noche! Lo que la hace el momento favorito de uno es aquella que aún brillando sin luz propia, la presta para poder mirarla y sonreírle de vez en cuando y seguir andando en este pedregoso (pero siempre fascinante) camino llamado vida.
                      

                                                                              ...del cigarro ya sólo quedan las cenizas...

¡Qué bella es la noche! ¿No les parece?