Hoy durante esas platicas extrañas que surgen en el camión que tomamos de la facultad, un compañero y yo empezamos a platicar de las medidas preventivas que la secretaría de seguridad pública del estado ha estado tomando.
El buen Luis me comentó un proyecto que tal vez no sea mala idea. Intercambiamos opiniones respecto al tema y llegamos a la conclusión de que se gasta demasiado dinero en cosas meramente innecesarias como eso de quitar los polarizados para ver facilmente a los narcos y esos cateos que hasta miedo da hacer por aquello que te puedes encontrar con una metralleta en la mano del conductor así como también se despilfarran cantidades impresionantes de dinero en el sueldo del titular de la fantabulosa y muy respetable e incuestionable Secrtaría de Protección Pública.
Se planteó la pregunta: por qué atacar a los consumidores finales, al principio yo comente en matarlos a todos, pero luego relfexione sobre lo radical de mi propuesta y el buen Luis complemento proponiendo actividades de índole cultural presisamente en sectores donde la drogadicción es el pan de cada día (o el churro de cada día) algo así como talleres de guitarra, teatro y cosas por el estílo para ayudar al esparcimiento y disminuir el ocio en los jovenes... yo opino que es buena la idea, si se adiciona a la medida de los retenes y se suprime aquello de los polarizados.
La verdad es muy triste que le hechen la culpa a unas delgadas micas oscurecidas y la vícitma y el martir de todo esto sea un ser con la masa encefálica delgada y oscurecida... creo que el primer polarizado que se debe quitar es el de este peculiar sujeto.
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