domingo, 12 de julio de 2009

El Cabello Largo y otros desmadres....

Sábado, y no hay nada que hacer, y cuando un servidor se la pasa sin nada que hacer, es sinónimo de que me cuestiono cualquier cosa. Esta tarde, mientras estoy en el negocio familiar, confinado a permanecer aquí hasta que mi madre llegue a suplirme, me he puesto a pensar sobre eso de los estereotipos.
Para los que no me conocen, que realmente lo dudo porque solo leen mis conocidos, puedo decirles que soy un tipo barbón y con el cabello hasta los hombros y que la gran mayoría del tiempo se viste desalineado.
Normalmente mientras camino muchas personas, sobre todo adultos y adultos mayores se me quedan viendo como si les fuera a robar o como si pensaran que estoy regresando de drogarme o algo así. Por las noches cuando llego a mi casa y paso por cierta casa donde hay “horas santas” noto cómo miradas me siguen, miradas cargadas de prejuicio, sobre todo cuando tengo mi camiseta que dice atrás “antropología”.
Recuerdo que alguna vez fui de esas personas y mi mirada era de esas, y sé lo que están pensando: “Pobre muchacho, antes aquí lo teníamos rezando con nosotros, con su cabello cortito y cantando las alabanzas. Y míralo ahora, estudiando antropología (porque seguramente no saben que en realidad estudio comunicación social en la facultad de ciencias antropológicas) dicen que esos no creen en Dios y que se la pasan drogándose, pobres, se van a ir al infierno”.
Y obviamente dicen a sus hijos que no se acerquen a un servidor y mucho menos confíen porque ya soy un ente del mal y sus futuros doctores, abogados, contadores, enfermeras y psicólogos no pueden llevarse con un drogadicto que no cree en la sacro-santísima iglesia católica.
Eso, se llama prejuicio, mucho prejuicio. En la actualidad los chavos buscan identificarse, o más bien diferenciarse de los demás y buscan hacerlo mediante su exterior, o sea, cabello, barba, zapatos, ropa, todo lo que le dé cierto status que lo haga verse distinto. Pero para su desgracia vivimos en una sociedad conservadora, muy conservadora y mocha. Para esta sociedad la cabellera es un claro indicador de la honestidad de la persona. Si tienes el cabello largo (con la honrosa excepción de Jesucristo) eres un ser que seguramente tendrá una vida asquerosa mientras que, si tienes el cabello corto, es sinónimo de honestidad, honradez, honor…
¿Qué tiene que ver el hecho de que tengas el cabello de alguna manera o que andes vestido de determinada forma con tu manera de ser? Ninguna. Los narcotraficantes más buscados tienen el cabello corto, Jesucristo tenía el cabello largo.
En una ocasión llegó al negocio familiar un tipo muy bien vestido que se dijo ser abogado y que necesitaba ir a ver a su esposa al hospital y por ello necesitaba cien pesos. Tenía yo en ese momento 17 años y era un total inocente de la vida. Le di los cien pesos y me dejó su tarjeta para que lo localizara después porque me dijo que me devolvería el dinero. Luego de unas horas me puse a pensar y marque al número de la tarjeta que me dio y efectivamente no era su número, contestó el abogado y me dijo que hubiera pedido un IFE o licencia… me había timado.
¿Por qué confié en él? Tal vez podríamos decir simple y sencillamente “por pendejo” pero si nos vamos un poco más al fondo de las cosas, fue porque no se me presentó un tipo con rastas ni mal vestido sino un abogado. El estereotipo dice que un abogado es alguien decente, que sabe sobre leyes, que está comprometido de manera “positiva”, ahora pongamos que era un tipo de buen ver, de cabello corto y con camiseta de botones fajada, muy elegante.
Me dejé guiar por los estereotipos que la sociedad me dice que son buenos. ¿Qué paso? Un chavito de 17 que confiaba en los estereotipos, dejó de hacerlo y se puso a pensar.
Los estereotipos son inexactos, muchos individuos se encargan de reforzar esos estereotipos, pero no son todos e incluso yo creo que es una minoría que la sociedad que tenemos vuelve una mayoría y los señalan como un problema, cuando el verdadero problema es la ignorancia respecto a muchas cosas. Cuando yo era niño me daban miedo los rockeros, por ejemplo.
Estamos en una sociedad en la que la esencia se confunde con la ropa. Una persona que es íntegra lo es, se vista como se vista, es por eso que no me he cortado el cabello…bueno, aparte de que me gusta tener el cabello largo, me gusta actuar y dejar que los demás vean mi esencia, es la única manera que busco por el momento de romper con esos estereotipos
Pero bueno, solo fue una opinión.

¡Nos vemos luego!


El GusSs.

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